martes, 6 de octubre de 2009

Rectificación al artículo "El Plan tiene un plan"


José Marín Ibárruri

El pasado viernes publiqué un artículo titulado "El Plan tiene un plan", que parece ser que ha enfadado a más de uno. No sé si la razón era porque afirmaba que la UJCE y un sector del PCE conocido como "el Plan" preparaban una lista alternativa, o porque señalé que podría encabezarla el própio Enrique Santiago. Y es que aunque mantengo gran parte del artículo, reconozco sin embargo que quizá me equivoqué al afirmar que podría ser Enrique quien encabezara una supuesta lista, dejándome llevar por la rumorología, así que a él le pido disculpas. Así por tanto, rectifico en esa parte de mi escrito. Y si existirá tal lista o no, lo veremos durante el desarrollo del XVIII Congreso - o quizá antes - que dará y quitará razones a unos y a otros, pero dudo que finalmente esa lista no exista si las cosas no salen como esperan.

¿Y qué esperan? Pues no se todos, pero sé lo que algunos sí. Y es que hoy, además de rectificar en el punto citado, me gustaría reproducir, sin hacer comentario alguno, un mensaje dirigido a los "reconstructores" que llega de alguien de ese sector que tan enfadado ha quedado tras mi último artículo. Este es el mensaje, no sé si con deseos o con información, así que el que quiera entender que entienda:

"Vais a volver a palmar el XVIII Congreso del PCE en materia de juventud. Vais a palmar el Congreso del PCA porque el cojo mantecas no va a ser SG del PCA y os vais a tener que tragar al que más os joda.

En Madrid os vais a quedar fuera de los órganos y en ultraminoría.

En Valencia no sois nada, os vais a tragar a otro SG que os jode y os van a meter en cintura en materia de juventud.

En Asturias sois la sombra de lo que debe ser un Partido Comunista.

No vais a participar en el XI Congreso de la UJCE y vais a seguir fuera, en la mierda.

Enteraos de una puta vez: SOIS UNA PUTA FRACCIÓN DE MIERDA"


jueves, 1 de octubre de 2009

El Plan tiene un plan: la UJCE y Enrique Santiago promoverán una segunda lista frente a Centella


José Marín Ibárruri

Era de esperar que se estuviese gestando alguna lista alternativa para hacer frente a la candidatura de José Luís Centella como Secretario General del PCE. Y es que a priori, el actual Secretario General del Partido Comunista de Andalucía, ni goza de la simpatía de la mayoría de la militancia comunista, ni da el perfil de Secretario General carismático, ni supondrá un especial revulsivo ilusionante para las bases comunistas, ni para el Partido.

Esa segunda lista, sin embargo, no procede del sector del PCE que aboga por su reconstrucción, ni por quienes apuestan y llevan a la práctica un fortalecimiento real del Partido, sino que está siendo promovida por la dirección de la UJCE y el entorno de Enrique Santiago. Es más, podría ser incluso el propio Enrique quien encabezase esa segunda lista.Y es que, aunque no cuente con la simpatía de la militancia – algo que puede comprobarse en una simple conversación entre camaradas -, José Luís Centella significa más presencia del Partido Comunista de Andalucía en el Comité Federal, y más PCA es más Partido, y más Partido es menos “Plan”.

Enrique y los suyos saben que Centella no suscita demasiadas simpatías entre la militancia, y tampoco entre muchos delegados que acudirán al Congreso de Noviembre. Por eso, presentar una lista alternativa no solo asegurará los votos de la UJCE y el entorno de Enrique, sino que quizá hasta pudieran arañar votos de otros delegados disconformes con la opción de Centella como Secretario General. Esto conllevaría más presencia de este sector en el próximo Comité Federal, lo que significaría menos Partido, una organización más débil y una apuesta más clara por la refundación de Izquierda Unida por encima de la reconstrucción del Partido.

Y quienes tienen más que decir, pero hasta el momento menos han dicho, son quienes durante los últimos años han tenido que enfrentar las mayores dificultades, pero al mismo tiempo con más orgullo y ahínco han trabajado por el fortalecimiento del Partido Comunista de España. Serán federaciones como Asturias, Extremadura, Castilla y León, junto a otras como Galicia o Aragón, y sectores importantes de otras como Madrid, el País Valencia (y alguna más), quienes puedan plantear una tercera opción distinta a José Luís Centella y Enrique Santiago. Pero no una opción de confrontación, sino de Reconstrucción con mayúsculas. De no existir esta opción en el XVIII Congreso se abriría las puertas de par en a que las tesis por un mayor debilitamiento del PCE – representadas por la UJCE y el entorno de Enrique Santiago - alcanzasen nuevas cotas de poder en el Comité Federal, lo que significaría más sufrimiento y más dificultades para esas Federaciones que durante todos estos años han sido un referente de dignidad y orgullo de pertenecer al Partido Comunista de España.

viernes, 11 de septiembre de 2009

El próximo Secretario General del PCE

José Marín Ibárruri

La antesala del XVIII Congreso del PCE está siendo un hervidero de especulaciones, un estrépito de movimientos, de extraños pactos, de curiosos compañeros de cama, pero sobretodo, un nido de expectación. Pocos dudan que este Congreso marcará en gran medida el futuro de la izquierda transformadora de este país y que será clave para el futuro del propio Partido Comunista de España, por lo que la única opción es vencer o vencer, salir del Congreso con un Partido más unido, más cohesionado, más valiente, y dispuesto para hacer frente tanto a su propia Reconstrucción como a la de la izquierda transformadora.

Aunque nunca he sido partidario de nombres, sino del trabajo y el sacrificio colectivo, está claro que es importante que del Congreso de Noviembre salga una dirección audaz y capaz. Una dirección con capacidad para ilusionar, para transmitir, para mantener el espíritu que durante 90 años ha guiado a los comunistas españoles. Inculcar con su ejemplo el sacrificio y la generosidad que siempre ha caracterizado a los militantes de este Partido. Y al frente de la nueva dirección deberemos situar a un Secretario General que goce del respeto de la gran mayoría de los y las militantes, que sea digno heredero de Dolores, que se mire en el espejo de su memoria cada día. Haberse forjado en la cruenta lucha que nuestro Partido ha atravesado durante los últimos años. Haber sabido resistir, contraatacar y vencer las más grandes dificultades. Haber demostrado ser capaz de dejarse la vida por los trabajadores y las trabajadoras, por sus camaradas, por el Partido. El próximo Secretario General debe liderar la Reconstrucción del Partido Comunista de España en todos los frentes. Debe saber insuflar un vendaval de alegría, ilusión y futuro a la militancia, que deberá volver a tomar las calles y los corazones de los españoles y españolas. El próximo Secretario General tendrá que saber ilusionar a los tristes, revitalizar a los cansados, poner a trabajar a los vagos, declarar la guerra a los infames y liderar la victoria ante los miserables. El próximo Secretario General quiero que me haga sentirme orgulloso al verlo, emocionarme con su discurso, quiero que sea la voz de la militancia, su orgullo y su razón.

Y si tras estas lineas alguien se pregunta por qué hablo siempre en masculino, que guarde de momento el puñal, porque al menos para mí, el próximo Secretario General debe tener nombre de mujer.

jueves, 25 de junio de 2009

Los penúltimos "carrillistas": el Secretario General del PCM contradice al PCE y defiende la Constitución del 78

Un camarada de Madrid me envía la propuesta de Informe Político al Comité Central hecha por el Secretario General del PCM, Juan Ramón Sanz, y no puedo evitar indignarme porque este camarada sea el Secretario General de una de las Federaciones más importantes del PCE. Una importancia más histórica y numérica que real, porque de lo que no cabe duda es de que su situación organizativa y política no hace más que preocuparnos a quien observamos estupefactos como espectadores impotentes al proceso de descomposición al que han llevado Juan Ramón y Joaquín Sanz - Secretario General y Secretario de Organziación -, al PCM durante los últimos años.

El año pasado la conferencia política del PCE anunciaba un importante paso a favor de la ruptura Constitucional y apostaba por la desvinculación de la Constitución de 1978, exigiendo un proceso constituyente a favor de la Tercera República. Ese paso ilusionó a muchos militantes y simpatizantes que hacía años que esperaban ese paso adelante del PCE, una nueva etapa que suponía un nuevo desafío para el Partido y para los comunistas. Aunque parece ser que no para todos. Es ahora el Secretario General del PCM el que se desmarca de esa ruptura y sale en defensa de la Constitución de 1978, de la que dice que es "la más progresiva de las cartas magnas europeas". Señala Sanz que aunque la Constitución del 78 fue un peaje calculado que incluía el diseño de la ley electoral y la no depuración del aparato jurídico-policial ni de las responsabilidades en el régimen anterior, el PCE debería reflexionar sobre la declaración de ruptura constitucional por parte de nuestro Partido.

Se atreve a decir además que "una cosa es denunciar los incumplimientos constitucionales y otra caer en un discurso interiorizado mientras vamos desapareciendo del imaginario colectivo sumergidos en tacticismos para la supervivencia". Sorprende que diga esto un camarada que tiene al PCM inmerso en una situación de enfrentamiento e inactividad permanente, desaparecido del imaginario colectivo y con una organización bajo mínimos. Sin embargo, tanto a Juan Ramón Sanz como a Joaquín Sanz hay que reconocerles la habilidad para que ni unos ni otros se hayan puesto de acuerdo para quitárselo de en medio, y lo hacen manteniendo el conflicto entre las distintas sensibilidades dentro del PCM.

Ahora pretende que el Comité Central le apruebe un documento en el que desprecia la apuesta por la ruptura Constitucional aprobada por el PCE, enfrentándose a una decisión tomada en los órganos. Si los miembros del Comité Central lo aprueban, estarán legitimando la involución carrillista.

El informe político habla de muchas cosas, con palabras más o menos atractivas para todas las sensiblidades, aunque dedica también un parrafo a las supuestas plataformas y corrientes dentro del PCM, sin ser consciente, al parecer, que ellos mismos, "los Sanz", son una corriente y como tal actúan dentro del PCM pero también del PCE. Piden cohesión y casi centralismo democrático, pero contradicen una decisión tomada en la Conferencia Política, como es la ruptura con la Constitución de 1978. Además, critican a determinadas sensibilidades calificándolas de "corrientes", pero no lo hacen con todas, sino con las que son peligrosas para sus intereses, incluso personales. Con el resto, intentan pactar para tratar de repartirse el mísero pastel.

Estos penúltimos "carrillistas" no quieren un Partido Comunista fuerte, sino inmerso en una inactividad constante. Estos penúltimos "carrillistas" siguen defendiendo una Constitución que puede contener partes con buenas palabras y pocas realidades, al igual que sus informes políticos. Estos penúltimos "carrillistas" son de las peores cosas que le han pasado al PCM en toda su historia. No tienen ni la valentía, ni la audacia, ni las ganas, ni las fuerzas, ni la voluntad, para resucitar al PCM, y ni siquiera la vergüenza de impedir su descomposición, pero mucho menos la de irse a su casa de una vez. Estos penúltimos "carrillistas" son la vergüenza de los comunistas de toda España, los que esperamos que algún día el Partido Comunista de Madrid vuelva a ser el referente que un dia fue.

miércoles, 10 de junio de 2009

La Reconstrucción del PCE ante el avance del fascismo

José Marín Ibárruri

El fascismo avanza en Europa. Lo demuestra no sólo el resultado de las elecciones del 7 de junio, donde 50 fascistas han logrado estar representados en el Parlamento, sino también el avance de la mediocridad ideológica en casi todos los países, incluido España, producto del miedo generalizado que avanza en la conquista de las conciencias. El miedo es la semilla del fascismo, que crece y se convierte en odio. En miedo y odio al inmigrante, al diferente, al vecino, a vivir.

Si llegásemos a deducir un paralelismo real entre la situación actual de Europa con la situación previa al auge del nazismo y el fascismo en el siglo XX, solo nos quedaría actuar en consecuencia para evitar consecuencias siquiera lejanamente similares a la que aquello supuso entonces.

Pero no solo esos 50 fascistas en el Parlamento Europeo son el reflejo del avance neofascista en Europa. No es necesario tener el pelo rapado, llevar botas militares y apalear inmigrantes para ser parte integrante de ese nuevo monstruo que crece tan cerca de nosotros. No hace falta ser de raza blanca, rubio y con ojos azules. No hace falta ni siquiera ser europeo. No hace falta ser de clase alta o acomodada. Es suficiente con tener miedo. Y el miedo lo siente hasta el mismo sudamericano que el otro día vieron votar al Frente Nacional, o al otro que votaba a Falange Española. También lo sienten todos aquellos inmigrantes que han votado al Partido Popular y que no quieren que lleguen más compatriotas a España, porque serán su competencia directa a la hora de encontrar un trabajo.

Y el fascismo no es solo miedo. También es el ensalzamiento de los valores más infames y mediocres del ser humano. El fascismo primero nos conquista culturalmente, y después, políticamente. El ejemplo más visible es la Italia de Berlusconi, donde tras años de control de casi todo el aparato mediático italiano, ahora se ha convertido en un personaje que no sólo se inmune a la corrupción, sino que además es envidiado y admirado por gran parte de la sociedad italiana.

Pero no hay que irse a Italia. Basta con mirar hacia Valencia, por ejemplo, donde la mayoría de la sociedad valenciana – que ha ido a votar - ha optado por apoyar a un partido salpicado por la corrupción, y cuyo líder afirma que “Camps es el más honorable de todos los valencianos”.

Y es que en España, si los partidos de ultraderecha son totalmente marginales es por que su discurso está totalmente asumido por el Partido Popular, el partido que ha ganado las elecciones europeas.

Tengamos en cuenta también que ante el avance del fascismo la socialdemocracia no sólo es impotente, sino que es en parte responsable. Responsable por haber claudicado ideológicamente, no sólo en los últimos años, sino durante muchas décadas. Responsable por su cobardía ante el fascismo, como lo demostró en España yendose de vacaciones durante 40 años.

Coincide, no por casualidad sino por necesidad histórica, la claudicación de la socialdemocracia y el avance fascista, con la implosión de nuevos movimientos de resistencia y con el nuevo discurso de la reconstrucción comunista. Y es que lo único que ha demostrado ser capaz de parar el fascismo es el comunismo. El fascismo es el miedo. El comunismo el valor y la generosidad, como en nuestro país demostraron durante 40 años los militantes comunistas.

Se da la circunstancia también de que Izquierda Unida, en un contexto como este y en plena crisis provocada por el capitalismo, no ha sido capaz de llegar a la gente que se ve afectada por ella. Resiste electoralmente en Andalucía, precisamente porque allí existe un Partido fuerte y organizado. Fuera de Andalucía, todo es un desierto electoral y organizativo. En Europa solo los partidos europeos con una clara identificación comunista y una organización fuerte como en KKE griego, el PCP portugués o el AKEL chipriota han conseguido unos buenos resultados Por eso es hoy de nuevo el PCE la única organización capaz de plantear una respuesta ante este avance de las posiciones y los valores neofascistas. Poco a poco, pero sin pausa, se reactivan comités locales, surgen nuevas agrupaciones, vuelven o llegan nuevos militantes, y los comunistas esperan una respuesta valiente del Partido. Una respuesta que debe concretarse en el XVIII Congreso del PCE, que deberá estar a la altura que lo están estando muchos comités locales, provinciales y algunas federaciones, que han comprendido la necesidad ineludible de una organización comunista fuerte, donde no sobre ningún comunista, pero donde sí sobren quienes pretendan utilizar de nuevo al PCE como trampolín para sus intereses. Y

Por tanto, todos y todas las militantes del PCE debemos dedicar todos nuestros esfuerzos durante los próximos meses para que nuestro Partido consolide en el próximo Congreso el rumbo que le está marcando la historia y la militancia.

miércoles, 1 de abril de 2009

XVIII Congreso del PCE: el miedo a los “reconstructores”


José Marín Ibárruri

El pasado 29 de marzo se celebró un nuevo Comité Federal del Partido Comunista de España. Finalmente parece ser que no sabremos la fecha del XVIII Congreso hasta el verano, aunque lo que sí sabemos es que finalmente en Mayo se celebrará la famosa Conferencia de Organización y Finanzas.

En la reunión del domingo 29, el informe político presentado por el Secretario General decía básicamente en lo que se refiere al Partido que “hasta el próximo congreso en el partido debe haber debate, política, expresión de las distintas posiciones si las hay”. Se pide además que “los problemas o diferencias, se planteen en los órganos de dirección, procurando que el respeto político sea lo normal entre camaradas” y asegura que “las concepciones que nacen en pasillos, fruto de debates o posicionamientos sesgados, suelen acabar mal, para el partido”. Esto debería ser lo evidente, y no creo que nadie esté en desacuerdo con esas afirmaciones. El problema es que parece ser que el mensaje iba lanzado precisamente con el sector del Partido que apuesta por su reconstrucción (o fortalecimiento) como primerísima prioridad, pero no contra quienes conspiran y manejan para convertir al Partido en un mero instrumento descafeinado a merced de IU, o de los intereses particulares de este o aquel dirigente.

Sucedió el domingo algo que, sinceramente, sorprendió a muchos de los asistentes al Comité Federal. Sucedió que el Secretario de Organización, Fernando Sánchez, pidió la palabra casi al final de la reunión para dirigirse a José Marín Ibárruri. Pidió  delante de todos los asistentes que desvelase su identidad real y que saliera a la tribuna. “Seguramente está entre vosotros”, dijo. Lo sorprendente es que gran parte del Comité Federal no sabía a quien se estaba refiriendo, ni por qué lo hacía. Personalmente no comprendo por qué esos nervios de Fernando Sánchez, a quien por otro lado reconozco tenerle bastante aprecio a pesar de no conocerlo personalmente, ante dos simples artículos de opinión – repito, de opinión -, sobre cuestiones que nos preocupan a todos los militantes del PCE.

Y es que mi estimado camarada Fernando Sánchez se preocupa demasiado por determinado sector del Partido inútilmente. Puede estar bien seguro que si alguien no va a traicionar al PCE, si alguien no va anteponer cuestiones personales, económicas o tacticistas al Partido, va a ser precisamente ese sector que tanto le preocupa. Bien haría, sin embargo, en preocuparse por quienes realmente sí se dedican a hacer pactos inorgánicos y de pasillo, quienes han demostrado en más de una ocasión que están dispuestos a venderse por un plato de alfalfa saltándose cualquier tipo de organicidad. Bien haría en preocuparse por el descontento creciente de las federaciones donde los comunistas hemos sido vilipendiados de manera contínua por sinvergüenzas de la política al servicio de los más miserables intereses.

Hay muchas cosas por las que preocuparse en el PCE, pero no por quienes apostamos por su reconstrucción. Hay que preocuparse por la triste situación, por ejemplo, del Partido Comunista de Madrid, que en la última asamblea regional demostró una fuerza ínfima dentro de Izquierda Unida de Madrid. Y no es de extrañar, cuando hay más comunistas fuera que dentro del PCM, y no van a venir con nosotros mientras nuestra prioridad no sea fortalecer la organización comunista.

Y hay más cosas por la que preocuparse. Como por la alianza que se pretende entre IU e ICV, una formación que ha entrado en barrena en Cataluña y que no tiene reparos en enviar, a través del señor Saura, a los Mossos d´Esquadra a apalear estudiantes.

Y por supuesto, hay que preocuparse por la situación de los camaradas de Asturias, de Salamanca, de Extremadura. Hay que preocuparse por la próxima Fiesta del PCE. ¿Habrá o no habrá? Hay que preocuparse por el Manifiesto Programa, ¿donde se ha quedado?

Hay que preocuparse por el camarada Cayo Lara. Por todos es sabido que si hoy por hoy Cayo Lara es Coordinador General de Izquierda Unida es con la condición de que no intervenga en las federaciones conflictivas. Federaciones como Izquierda Unida de Asturias, donde incluso sus dirigentes han apostado por la disolución de IU en favor de un proyecto nacionalista. En Asturias, en Salamanca, o en Extremadura, precisamente donde nuestros camaradas han sido expulsados de IU, intentan utilizar a Cayo Lara en su favor y contra el Partido en los distintos conflictos territoriales. Cayo Lara no tiene “ejército” y proviene de una federación pequeña como es Castilla – La Mancha, por tanto, en parte no deja de estar a merced de quienes sí tienen ejército, aunque sea un ejército con brazos de madera. Por eso, no dejemos que el discurso transformador y honesto, y la decencia de un ejemplar camarada como Cayo Lara sea un trampolín para quienes han demostrado durante años no creer en la democracia interna de nuestras organizaciones.

Pero a pesar de todo estamos avanzando. Cada vez somos más los comunistas que apostamos por la reconstrucción y quienes no queremos volver a estar a merced de nada que no seamos nosotros mismos. Cada vez más y más agrupaciones locales se están reactivando o están naciendo por primera vez en muchos años. Cada vez se ven más banderas rojas y con más autoridad y orgullo ondean las hoces y los martillos.

El Partido Comunista de España va a apostar inequivocamente por su reconstrucción en el próximo Congreso, a pesar de trileros, vividores y oportunistas. A pesar de los miedos infundados. La militancia barrerá de un plumazo a quienes se aprovechan y pretendan poner en bandeja al PCE  a quienes no se dejan la vida por él. Y es que, aviso a navegantes, quienes apuestan por la reconstrucción del PCE no son una corriente: son el Partido.

jueves, 12 de marzo de 2009

XVIII Congreso del PCE: que la voz de la militancia se escuche como un trueno

José Marín Ibárruri

Casi ningún ni ninguna militante del PCE duda que el próximo Congreso es vital para el futuro de nuestro Partido. En un anterior artículo alertaba sobre el riesgo de muerte del PCE si en su próximo cónclave no aborda su reconstrucción efectiva e ineludible. Fueron muchos los y las camaradas que se pusieron en contacto conmigo para manifestar que su visión de la situación era similar a la expuesta en aquel artículo, aunque alguno dudó de que éste fuera el momento oportuno para lanzar dicho debate.

En cuanto a la oportunidad del debate congresual diré que no soy yo quien está abriéndolo; ya que el debate hace tiempo que está en los pasillos y en las reuniones inorgánicas, y muchos hace tiempo que se están empezando a posicionar para afrontarlo desde la posición más ventajosa posible para sus intereses.

Por ello me gustaría mostrar mi preocupación por diversas cuestiones que pueden alterar el resultado del proceso congresual que estamos a punto de comenzar.

Sin ir mas lejos, quienes pensamos que la próxima tarea de nuestros órganos de dirección es convocar el próximo Congreso del PCE con un tiempo razonablemente extenso para implicar en el trabajo a la mayor parte de la militancia, vamos a ver frustrados nuestros deseos.

Al parecer, no será el XVIII Congreso la próxima cita de los militantes comunistas. Lo que se rumorea, y previsiblemente será aprobado en el próximo Comité Federal, será la convocatoria de varias conferencias pre-congresuales. Una conferencia de organización, finanzas, y cuidado, posiblemente de estatutos. Si esto fuera así, ¿qué sentido tiene celebrar estas tres conferencias en el mismo año en que debe celebrarse un Congreso? ¿qué capacidades le quedarán a dicho Congreso? Si se celebran las mencionadas conferencias, muy pocas. No podrá decidir sobre cuestiones organizativas, ni sobre cuestiones económicas ni estatutarias. Espero que podamos enterarnos de que brazos votan a favor de ésto.

Lo más preocupante de estas conferencias no es que amenacen con vaciar de contenido el próximo Congreso. Que también. Lo más preocupante es que la mayoría de los delegados que participarán en éstas no serán elegidos por sus agrupaciones de base. Es decir, la voz de la militancia tendrá menos importancia que la voz de los delegados natos. Y sin estar en contra de la figura de los delegados natos, si que me gustaría mostrar también mi inquietud por la cantidad de dirigentes que hace años que no pisan para nada su agrupación de base, y que están en el mismísimo Comité Federal desde hace muchos años. No daré nombres, pero creo que la mayoría de los militantes de éste Partido sabe quienes son dignos dirigentes y quienes deberían volverse a poner a pegar carteles para recordar quienes han hecho grande a este Partido, y quienes grande lo volverán a hacer.

Por tanto, ¡alerta camaradas! Afrontemos el futuro sin miedo y con ilusión. Empecemos a trabajar para que la voz de la militancia se escuche como un trueno en el XVIII Congreso, y para que una tormenta revolucionaria limpie de tristezas y mediocridades el cuerpo magullado de nuestro Partido, un cuerpo, que sin embargo, mantiene intactos los puños.